Hoy simplemente quiero escirbir, compartir lo que hay dentro de mi ser, no sólo dentro de mi corazón sino dentro de mi cerebro.
Como siempre pasa, hay días buenos y días malos y últimamente los mios no son tan alegres, he tratado de todas las menras de recomenzar, acostumbrarme y seguir adelante pero de repente llegan momentos como ahora en los que no es tan sencillo, me vienen miles de ideas a la cabeza, preguntándome porqué pasan las cosas? tratando de descubrir las razones, los porqués y de repente me sorprendo yo misma reprendiéndome y reprimiendo los pensamientos para buscar sólo la tranquilidad, esa tranquilidad que ahora que la he perdido me doy cuenta de que siempre existió en mi vida, el poder dormir tranquila, el poder saber que mi esposo puede descanzar, esa tranquilidad de no sentir un dolor permanente dentro del pecho, esas ganas de querer regresar el tiempo y no poder.
A veces no sé si sea sólo la tristeza, a veces siento que también es impotencia de saber que no está en mis manos el disminuir un dolor tan fuerte en el corazón de la persona que más amo en este mundo, el saber que no puedo hacer nada ni cambiar nada sólo tomarlo de la mano en los momentos en que se agudiza más el dolor y quedarme con la incógnita de saber si es suficiente, si será suficiente...
Pero por otro lado llegan los momentos en que me siento agradecida porque del mismo tamaño que es mi trsteza del mismo tamaño es el amor que siento por toda esa bella familia amor que ellos mismos me han entregado y que ha ido creciendo a lo largo de 15 años, un amor que me ha enseñado que no es necesario ser hermanos de sangre para sentir que cada uno de ellos son hermanos verdaderos, esa si es una gran fortuna.
Sólo queda finalmente esperar, no a que las heridas sanen pero si a acostumbrarse a vivir con ellas y replantear un nuevo estilo de vida, no sé cuanto tiempo dure este proceso pero lo único que tengo es la esperanza de que todos lo lograremos...algún día
Malú
