martes, 14 de abril de 2009

MI POEMA FAVORITO

"Nocturno a Rosario"
Manuel Acuña(1849-1873)
El poeta se suicidó a los 24 años
por causa de este fatal amor
con una mujer casada.
Pues bien, yo necesitodecirte que te adoro,
decirte que te quierocon todo el corazón;
que es mucho lo que sufro,
que es mucho lo que lloro,
que ya no puedo tanto,
y al grito que te imploro
te imploro y te hablo en nombrede mi última ilusión.
De noche cuando pongo mis sienes en la almohada,
y hacia otro mundo quiero mi espíritu volver,
camino mucho, mucho
y al fin de la jornadalas formas de mi madre
se pierden en la nada,
y tú de nuevo vuelvesen mi alma a aparecer.
Comprendo que tus besos
jamás han de ser míos;
comprendo que en tus ojosno me he de ver jamás;
y te amo, y en mis locosy ardientes desvaríos
bendigo tus desdenes,adoro tus desvíos,
y en vez de amarte menoste quiero mucho más.
A veces pienso en dartemi eterna despedida,
borrarte en mis recuerdosy huir de esta pasión;
mas si es en vano todoy mi alma no te olvida,
¡qué quieres tú que yo haga pedazo de mi vida;
qué quieres tú que yo hagacon este corazón!
Y luego que ya estaba?concluido el santuario,
la lámpara encendidatu velo en el altar,
el sol de la mañana detrás del campanario,
chispeando las antorchas,humeando el incensario,
y abierta allá a lo lejosla puerta del hogar...
Yo quiero que tú sepasque ya hace muchos días
estoy enfermo y pálidode tanto no dormir;
que ya se han muerto todas las esperanzas mías;
que están mis noches negras,
tan negras y sombríasque ya no sé ni dónde se alzaba el porvenir.
¡Que hermoso hubiera sidovivir bajo aquel techo.
los dos unidos siempre y amándonos los dos;
tú siempre enamorada,yo siempre satisfecho,
los dos, un alma sola,los dos, un solo pecho,
y en medio de nosotrosmi madre como un Díos!
¡Figúrate qué hermosaslas horas de la vida!
¡Qué dulce y bello el viajepor una tierra así!
Y yo soñaba en eso,mi santa prometida,
y al delirar en esocon alma estremecida,
pensaba yo en ser buenopor ti, no más por ti.
Bien sabe Díos que ése erami más hermoso sueño,
mi afán y mi esperanza,mi dicha y mi placer;
¡bien sabe Díos que en nada cifraba yo mi empeño,
sino en amarte muchoe n el hogar risueño
que me envolvió en sus besos cuando me vio nacer!
Esa era mi esperanza...mas ya que a sus fulgores
se opone el hondo abismoque existe entre los dos,
¡adiós por la última vez, amor de mis amores;
la luz de mis tinieblas, la esencia de mis flores,
mi mira de poeta,mi juventud, adiós!

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